Tickets de salida
El 11 de junio comencé el seminario “Aprender en Casa” a cargo de la Dra. Melina Furman. Es un espacio destinado a familias, docentes, público en general para compartir, intercambiar y aprender herramientas que nos permitan transitar esta pandemia superando algunas dificultades.
Soy docente de nivel primario, no tengo hijos, pero si dos sobrinas Alma y Candela de 9 y 10 años quienes realizan conmigo las distintas tareas escolares. Algunas de las situaciones vividas con ellas y con mi grupo de estudiantes resultaron similares a las planteadas en los distintos momentos grupales, muy enriquecedores porque me permitieron ampliar la mirada y no sólo posicionarme desde mi ser docente.
De estos momentos tomo: lo bueno de recuperar planes de acción, rutinas flexibles, organizadores familiares, no necesariamente replicar el horario escolar, el tiempo de desconexión y el contacto online con familiares y amigos.
Al finalizar cada jornada Melina nos proponía escribir un ticket de salida, una idea que nos llevábamos de cada encuentro, además de dejarlo registrado en mi memoria he compartido algunos con mis compañeros como: “El oficio de alumno”, “La tecnología como aliada”, ”Creadores, productores y no consumidores pasivos”, “El poder de los elogios y de la perseverancia”, “Musicalizar la vida”, “El juego libre”, entre otros… y de juegos puedo contar que como docente siempre propongo el juego con intencionalidad didáctica aún con mis sobrinas, cuando jugábamos a la lotería siendo ellas muy pequeñas la pregunta estaba orientada a la lectura y escritura de números, hoy al cálculo estimativo por ejemplo al sacar quintina.
Luego del encuentro con Magdalena recuperé canciones y el juego de la payana… en principio les mostré cómo jugar, luego salimos en la búsqueda de piedras para cada una. En un momento Cande dice: “Ahora seguro se viene una pregunta” y Almita responde: “No creo, ¡está jugando como nosotras!” y este comentario me llevó a repensar la importancia de jugar por jugar… y por supuesto fue muy emotivo volver a evocar la infancia.
Lidia Marisa Alvarito